Gigante financiero japonés evalúa incursión en el mercado de criptomonedas
Hace un tiempo atrás, te contamos cómo el primer ministro japonés, Fumio Kishida, había mencionado que la Web3 era una «nueva forma de capitalismo», incluso como el país del «sol naciente» estaba explorando el desarrollo del Yen digital (DCJPY).
Siguiendo esta línea pro-cripto, el Fondo de Inversión de Pensiones del Gobierno de Japón (GPIF), reconocido como el fondo de pensiones más grande a nivel mundial, ha anunciado recientemente su interés en investigar y potencialmente diversificar su cartera de inversiones incluyendo criptomonedas, como Bitcoin, y otros activos considerados hasta ahora como «ilíquidos».
Con una gestión de activos que asciende a 1,4 billones de dólares, esta decisión puede marcar un posible cambio de paradigma en la estrategia de inversión del fondo.
Hacia una diversificación estratégica
La motivación detrás de este interés radica en el reconocimiento de cambios dentro de los ámbitos financiero y social, impulsados en gran medida por el avance tecnológico.
En este contexto, el GPIF busca explorar nuevas vías para maximizar los rendimientos de las inversiones a largo plazo, considerando para ello activos hasta ahora no presentes en su cartera.
La iniciativa de investigar la viabilidad de incorporar criptomonedas y metales preciosos como el oro en su cartera de inversiones viene acompañada de la implementación de políticas de inversión a largo plazo que responden a los cambios actuales en el mundo financiero y tecnológico.
Un precedente en la inversión de criptomonedas
No sería la primera vez que fondos de pensiones muestran interés en las criptomonedas. Entidades como el Servicio Nacional de Pensiones de Corea del Sur y el Fondo de jubilaciones de los Bomberos de Houston, entre otros, ya han tomado la iniciativa de incluir Bitcoin en sus carteras de inversión.
El interés del GPIF surge en un momento oportuno, coincidiendo con la firma de un proyecto de ley por parte del gabinete japonés, el cual permitiría a las empresas de capital de riesgo y a los fondos de inversión poseer criptomonedas, aunque la legislación aún espera su aprobación parlamentaria.
Esta posible incursión en el mercado de las criptomonedas por parte del GPIF se alinea con la reciente revalorización de Bitcoin, que ha visto un aumento superior al 130 % en el último año, impulsado en parte por la aprobación de los ETF en Estados Unidos.
Esta tendencia alcista de Bitcoin también ha sido estimulada por la creciente inclusión de las criptomonedas en las carteras de inversiones de fondos de pensiones y jubilación, especialmente en Estados Unidos, donde estos programas de ahorro manejan activos que ascienden a 6,9 billones de dólares.
Aunque la volatilidad de las criptomonedas sigue siendo un factor a considerar, la visión de largo plazo y la búsqueda de innovación parecen ser las guías principales en este nuevo capítulo de la inversión institucional en activos digitales, que parece alejarse cada vez más, de la visión inicial de Nakamoto, sea quien sea (aunque ya sabemos que no es Craig Wright).
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